Floridita o El Floridita es un histórico
restaurante-bar en la parte más antigua de La Habana, Cuba. El establecimiento
es famoso por sus daiquiris y por haber sido uno de los lugares favoritos del
escritor Ernest Hemingway en La Habana. Abrió en 1817 con el nombre de La Piña
de Plata en el lugar que todavía ocupa, en la esquina de las calles Obispo y
Monserrate. Casi 100 años más tarde, el gran número de turistas norteamericanos
persuadió al propietario de cambiar el nombre a "El Florida", pero
con el tiempo se conoció popularmente como "El Floridita". En 1914,
el inmigrante catalán Constantino Ribalaigua Vert comenzó a trabajar en el bar
como camarero. Constantino, apodado Constante, se hizo el dueño en 1918. Dedicó
toda su vida a su profesión, preparó cócteles detrás del bar y convirtió al El
Floridita en la catedral de cócteles de la ciudad. De hecho, tuvo numerosas
creaciones: Presidente, Habana Especial y muchos más.
El Floridita se convirtió en el bar más famoso
de La Habana, y en uno de los más famosos del mundo. En 1953, la revista
"Esquire" lo llamó uno de los siete mejores bares del mundo, junto
con el bar Pied Piper de San Francisco, el Ritz de París y Londres, Raffles en
Singapur, el Club 21 de Nueva York y el bar del Shellbourne Hotel en Dublín.
Desde entonces El Floridita ha sido
frecuentado por distinguidos visitantes a La Habana, desde artistas hasta
invitados oficiales del gobierno. Pero el novelista estadounidense Ernest
Hemingway, ganador del Premio Nobel de Literatura, fue el más asiduo de todos.
Se convirtió en amigo personal de Constante y después de la muerte de éste en
1953, Hemingway continuó considerando a El Floridita su lugar favorito en La
Habana, durante los más de 20 años que vivió en el país.
Antonio Meilán (El primo de la esposa de
Constante, el creador del Daïquiri Floridita) dice que Hemingway entró en el
bar para ir al baño. Cuando salió, las bebidas que todos bebían lo atrajeron.
Él probó uno y dijo: "Eso es bueno, pero lo prefiero sin azúcar y doble
ron". Así, Constante lo preparó a su gusto y le sirvió diciéndole.
"Ahí está papá". Así es como el cóctel, que fue nombrado después de
él - el Papa Hemingway - nació. Después se agregó el jugo de toronja y que dio
el "Hemingway Special". Algunas personas prefirieron incluso a
cócteles como el Daiquiri o el Mojito.
Los hijos de Hemingway también señalaron que a
principios de la década de 1940 Hemingway y su esposa "Mary" (Martha
Gellhorn) continuaron conduciendo desde su casa fuera de la Habana (Finca
Vigía) hasta la Floridita para tomar bebidas. El establecimiento contiene hoy
muchos recuerdos del autor, con fotografías, un busto y, más recientemente
(2003), una estatua de bronce de tamaño natural al final de la barra cerca de
la pared, esculpida por el artista cubano José Villa Soberón.
El Floridita y sus Daiquiri han sido
inmortalizados en la literatura en más de una ocasión. Tal vez la mejor
descripción fue escrita por Hemingway mismo, en "Islands in the
Stream". El estilo y decoración de estilo británico que el bar /
restaurante El Floridita tiene hoy se remonta a los años 50, al igual que el trabajo
de carpintería, las lámparas y las pinturas en las paredes. En 1991 El
Floridita fue totalmente remodelado, respetando todos los elementos originales,
incluyendo el busto de Hemingway y la barra superior.
Hemingway no era el único cliente famoso del
bar. El establecimiento fue frecuentado por muchas generaciones de
intelectuales y artistas cubanos y extranjeros. El duque y la duquesa de
Windsor, Jean-Paul Sartre, Gary Cooper, Luis Miguel Domingin, Tennessee
Williams, Ava Gardner, Samuel Eliot Morison, Herber Matthews, Paco Rabanne,
Joaquín Sabina, Naomi Campbell, Jack Nicholson, Giorgio Armani, Gianni Mina,
Jean Michel Jarre y otros son algunos de los clientes de El Floridita.
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