Jilma Madera junto a su obra |
A la entrada del puerto, protegiendo a los habaneros y a todo el que
visita la capital, se encuentra el Cristo de La Habana, una colosal escultura
que representa a El Sagrado Corazón de Jesús, obra de la escultora cubana Jilma
Madera. La estatua fue hecha de mármol de Carrara, traídas desde Italia.
La imagen tiene unos 20
metros de altura y reposa sobre una base de 3 metros en la que su creadora
enterró diversos objetos de la época. Para esculpirlo no empleó ningún modelo,
sino que se inspiró en su ideal de belleza masculina: ojos oblicuos, labios
pulpusos, en sintonía con el mestizaje racial en este pedazo del mundo. A
diferencia de otros Cristos que tiene sus brazos extendidos, el nuestro esta
con una mano en alto, bendiciendo, y la otra en el pecho mirando hacia la
ciudad, se le dejaron los ojos vacíos para que diera la impresión de mirar a todos
desde cualquier lugar que fuese observado. Ha sido declarado Monumento
Nacional
Desafiando el tiempo,
allí en la bahía de La Habana, en la cima de la Loma de La Cabaña y a 50 metros
sobre el nivel del mar, podrá usted admirar La mayor escultura del mundo en
mármol blanco de Carrara realizada por una mujer. Al
margen de leyendas y mitos, el sitio es lugar ciertamente sagrado, pero su
mayor importancia está en una vista maravillosa y especial, que ofrece la
panorámica de una ciudad tan antigua como moderna.
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