jueves, 6 de septiembre de 2018

Icono arquitectónico de La Habana






El Capitolio de La Habana, fue inaugurado el 20 de mayo de 1929. Inspirado en el Panteón de París, San Pedro del Vaticano y en el Capitolio de los Estados Unidos. Fue transformado en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de la Academia de Ciencias. Desde 2010 fue sometido a un proceso de restauración capital y reabrió sus puertas a visitantes y turistas el 1ro de agosto 2018, con su esplendor original y recuperarlo como sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el parlamento de la Isla.
Tiene una cúpula de 91,72 metros de altura, además, entre sus atractivos están el Salón de los Pasos Perdidos, con sus 120 metros de longitud. En el Salón de los Pasos Perdidos está la estatua que simboliza la República. Es la tercera estatua bajo techo más grande del mundo (14 metros de alto, 30 toneladas). Casi a sus pies y bajo el centro de la cúpula fue puesto un bello diamante que marcaba el kilómetro cero de todas las carreteras del país. Otro ambicioso proyecto planteado, y que superaba el ámbito de La Habana, fue la construcción de la red de carreteras nacionales, cuyo kilómetro cero estaría marcado simbólicamente por un brillante diamante hundido en el piso del Salón de los Pasos Perdidos, justo debajo del ápice de la cúpula y a los pies de la estatua de la República. 

El diamante fue colocado en el centro del Salón de los Pasos Perdidos después de ser engarzado en platino y ágata por artesanos parisinos. Fue protegido dentro de una cama de concreto revestida del más fuerte granito y cubierto con un resistente cristal de una pulgada y media de espesor, reforzado con una estructura de bronce. La joya tenía un lugar seguro donde sería útil y podía ser admirada públicamente.
 

La piedra de 25 quilates no sólo era fascinante por su belleza sino también por su historia.
Otros salones que podrán conocer los visitantes son: el Yara, donde se conservan hermosas piezas de la vajilla original; el Jimaguayú, con esculturas del artista italiano Angelo Zanelli.
En la cripta que guarda los restos del mambí desconocido –en honor a los cubanos que lucharon por la independencia de España– se pueden apreciar las banderas de todas las naciones del continente americano, la escultura de La Patria, la partitura original del Himno Nacional de Cuba y el escudo de armas de la nación.

Resulta notable la variedad y riqueza de los materiales empleados en esta construcción, como las 58 variedades de mármol nacionales y de otras partes del mundo empleados en los pavimentos y en los paneles escultóricos labrados, los herrajes de bronce de puertas y ventanas, la lamparería, apliques, candelabros, las pinturas murales que decoran los hemiciclos (más de veinticuatro), las decoraciones y molduras de fina ejecución de los falsos techos y paredes realizadas en yeso y estuco. También son destacables las maderas preciosas, particularmente la caoba, empleadas en la ejecución de puertas, ventanas, estrados, estantería y otros trabajos de talla y ebanistería; las rejas y otros elementos de función, los vitrales y lucernarios de vidrio emplomado, entre otros.
Es considerado habitualmente el edificio más imponente de la ciudad. Asimismo, aparece nombrado por algunos expertos como uno de los seis palacios de mayor relevancia a nivel mundial y el tercero en importancia por su volumen y el único de esas características construido en el siglo XX.
Es uno de los centros turísticos más visitados de la ciudad, habiéndose convertido en uno de los iconos arquitectónicos de La Habana,

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